¿Sabía que una torre de refrigeración de tamaño moderado*, funcionando todo el año, consume casi 18 millones de galones** de agua potable? Es el equivalente a nueve piscinas olímpicas. Esta agua se ha tratado tradicionalmente con productos químicos tóxicos para prevenir la acumulación de inscrustaciones y biofilm, y para reducir la corrosión de costosos bienes de equipo. Dicho sistema descargará aproximadamente seis millones de galones de agua cargada de productos químicos por el desagüe. Agua que sobrecarga las estaciones de depuración locales con miles de kilos de materiales clasificados como peligrosos por las normas OSHA (incluyendo molibdatos, isotiazolinas, dinitriopropionamidas, aminas cuaternarias, cloro y bromo).
El reciente interés de los medios de comunicación por la contaminación por escorrentía de pesticidas agrícolas (especialmente en el proyecto de recuperación de la bahía de Chesapeake en Estados Unidos) y contaminación de las aguas industriales a través de procesos de fracturación industrial ha demostrado que las soluciones ecológicas para el tratamiento del agua son más que una “alternativa” a la hora de proteger nuestros limitados recursos naturales. De hecho, resultan indispensables.
*1.000 toneladas de capacidad de refrigeración a un 75% de carga, 3 ciclos de concentración, funcionando todo el año
**1 galón = 3,785 litros
El WaveTM proporciona un control biológico fiable y consistente, a menudo hasta los estándares del agua de beber, sin la adición de productos químicos. Esta espectacular actuación, que supera la de los biocidas tóxicos, emplea dos métodos:
El IntegraCleanTM de GWS tiene las siguientes ventajas en el tratamiento del agua ecológico: